El Gnosticismo posee algo sin precedentes: una atmósfera de originalidad que desconcierta a los ortodoxos de cualquier fe. La Creatividad y la imaginación, irrelevantes e incluso peligrosas para las religiones dogmáticas, resultan esenciales para el gnosticismo. Siempre que me encuentro con esa originalidad, la reconozco al instante y me siento identificado con ella.
El exceso de perfección aburre. El exceso de dones empalaga.
Franz Kafka se consideraba a sí mismo un escritor cómico. Y lo Es. Montmartre, Museo Dalí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario