12 mar 2011

Antonio Cortés en Granada: Los Brotes Verdes de La Música Popular

El Hombre Libre es, ante todo, aquel que es capaz de contradecir sus instintos animales más básicos como consecuencia de una decisión racional y consciente, y resulta que entre estos instintos básicos ocupa un lugar preeminente el de conservación.
"¡Detente, instante, eres tan hermoso!" hizo exclamar Goethe a su personaje Fausto. Y esto es lo que posteriormente Nietzsche llamará "El eterno retorno de lo mismo". El objeto de todo arte que se precie es La Expresión de lo Eterno y Absoluto por medio de lo sensible, es decir, hacer comparecer lo infinito en lo finito, lo eterno en lo temporal y lo Absoluto en lo relativo. Y tanto el toreo, como el Cante Jondo/Flamenco/Copla no es ninguna excepción a esta regla.
Cuando el intérprete es capaz de conmover al público se produce la entrada en un ámbito vivencial común, se abandona la individualidad y se accede, tras rasgar el velo de Maya, a lo universal y común del sentir.
Estamos convencidos de que si Nietzsche hubiese conocido a fondo el fenómeno taurino, y otras manifestaciones patrias como el flamenco, su primer libro no hubiese sido el que fue, sino otro bien distinto dedicado a desentrañar la esencia apolínea-dionisíaca de estos fenómenos.
Recuérdese "Teoría y juego del Duende"-Federico García lorca.

2 mar 2011

Alma Marzo 2011




Puente - Biker En Beas de Granada, situ Parque Natural de Huétor con miembros Peña Ciclista Pinos Genil






Dura ascensión, con rampas rozando el 20% al final del alto..precisamente estas fotos están tomadas tras coronar. KaralaVíen. Pepe, Pincho, Antonio, Jose y un servidor.http://www.panoramio.com/photo/11147897

Miura





1 mar 2011

Intervenciones..Neil Young

"El objetivo de todo estilo", escribe Nietzsche al final de Ecce Homo es "comunicar a través de signos, incluido el ritmo de tales signos, un estado psicológico, una tensión de los sentimientos; la multiplicidad de los estados psicológicos, en mí, es grande; dispongo de un elevado número de estilos posibles." Se podría comparar  el recorrido de Neil Young (incoherente, incontrolable, pero siempre de una fulminante sinceridad) con la biografía de un maníaco-depresivo; o con el recorrido de una perturbación atmosférica que atraviesa una zona de valles y montañas. Realmente tenemos la impresión de que ha cogido el instrumento musical que tenía más a mano y que expresa simple y directamente las emociones que le salen del alma. La mayoría de las veces, el instrumento es una guitarra; pero hay otros grandes guitarristas. Sin embargo pocos artistas están presentes de forma tan inmediata, vivo en cada una de sus notas, en cada temblor se su voz. Soldier, compuesta con torpeza al piano con unos cuantos dedos, es una de sus canciones más bellas y misteriosas; en Little Wing, la armónica cobra una violencia triste, un aliento desesperado que atraviesa las épocas; y Twilight, uno de sus abandonos más emocionantes, surge en un contexto de jazz completamente incongruente. En Neil Young la perfección es frágil, nace en mitad del caos. Ninguno de sus álbumes está perfectamente logrado; pero no se me ocurre ninguno que no tenga al menos una canción magnífica.



Sus discos más bellos, sin duda, son los que que oscilan entre la tristeza, la soledad, el sueño despierto y la felicidad sosegada. Podemos imaginar a su oyente ideal, su doble invisible. Las canciones de Neil Young están hechas para los que a menudo se sienten desgraciados, solos, y rozan las puertas de la desesperación; pero que sin embargo siguen creyendo que la felicidad es posible. Para los que no siempre son afortunados en el amor, pero que siempre se vuelven a enamorar. Para los que conocen la tentación del cinismo, sin ser capaces de ceder a ella durante mucho tiempo. Para los que pueden llorar de rabia cuando muere un amigo ( Tonight´s the Night ); para los que realmente se preguntan si Jesucristo puede acudir a salvarlos. Para los que siguen pensando, con toda su buena fe, que se puede vivir feliz en este mundo. Hay que ser un gran artista para atreverse a ser sentimental, para ir hasta el borde de la cursilería. Pero a veces sienta maravillosamente bien oír a un hombre quejarse humildemente, con una vocecilla triste, de que una mujer lo ha abandonado: por eso A Man Needs a Maid, What Did You Do to My Life no envejece. Sienta estupendamente,  también, sumergirse en uno de esos verdaderos himnos al amor, resplandecientes y mágicos, que Neil Young ha producido en el transcurso de los años en colaboración con Jack Nitzsche: Such a Woman y sobre todo la extraordinaria We Never Danced. Pero, como Shubert, quizá Neil Young sea todavía más conmovedor cuando intenta describir la felicidad. Sugar Mountain, I Am a Child son tan puras, tan ingenuas, que a uno se le encoge el corazón. No es posible una felicidad así, no aquí, no entre nosostros. Tendríamos que poder conservar la infancia. No conozco no sólo otra canción, sino ninguna otra creación artística que intente expresar como My Boy ese sentimiento oscuro y desgarrador del hombre maduro que se entristece al ver a su hijo abandonar ya las inmediaciones de la infancia. Has tenido tan poco tiempo, hijo mío; hemos tenido tan poco tiempo juntos. "And you better take your time/ My Boy / I Thought We had just begun." Algunos textos de Neil Young evocan la adolescencia mediante la violencia del sentimiento amoroso; pero eso es corriente en el Rock, y creo que sus canciones más originales y más bellas son las canciones en las que consigue volver a ser niño. A veces, este hombre ha sido capaz de ver cosas extrañas en el cielo, en las ondulaciones del agua en la superficie de un estanque. After the Gold Rush nos transporta directamente a un sueño; Here We are in the Years, tan familiar y perturbadora, evoca esas tardes centelleantes de las novelas de Clifford Simak. ¿Cómo convertirse en Neil Young? Nos lo cuenta en una canción muy autobiográfica, Don´t Be Denied: la infancia desunida, las palizas en el colegio, el encuentro con Stephen Stills, el deseo de ser una estrella. Y, en todo momento, la voluntad de aguantar. No dejes que el mundo te pueda." Oh, friend of mine / Don´t be denied." ¡Para quién canta? ¡Para él, para el mundo entero? Lo confieso, a menudo he tenido la sensación de que cantaba para mí. Cuando escucho esos inmensos abandonos desestructurados e improbables que jalonan su obra ( Last Trip to Tulsa, Twilight, Inca Queen, Cortez the Killer...), siempre me viene a la cabeza la misma imagen: Un hombre avanza por un caminoo difícil y pedregoso. Se cae con frecuencia, tiene las rodillas ensangrentadas; se levanta y sigue avanzando. Es casi la misma imagen que encontramos en Winterreise, salvo que en la obra de Shubert hace frío, el camino está cubierto de nieve y el hombre siente la terrible tentación de acurrucarse en la suavidad de la nieve y de la muerte.) La guitarra eléctrica atraviesa paisajes extraños, aterradores o sublimes; a veces todo se calma y el mundo late al compás de un cálido equilibrio; a veces la violencia y el terror invaden el mundo. La voz continúa, obstinada y frágil. La voz nos guía. Viene de lejos, de muy lejos en el Alma; no va a renunciar. No es una voz muy viril; tiene algo de mujer, de anciano o de niño. Es la voz de un ser humano, que además tiene algo ingenuo e importante que decirnos: el mundo será como es, eso es cosa suya; pero no es en absoluto una razón para que renunciemos a mejorarlo. Éste es el sencillo mensaje de Lotta Love: " It´s gonna take a lotta love / To change the way of things are." Así es también el mensaje de Heart of Gold, su canción más directamente inmortal: " I´m still searching for a heart of gold / I´m getting old." Hace ya casi quince años que escucho a Neil Young; me ha acompañado a menudo en el sufrimiento y en las dudas. Ahora sé que el tiempo no prevalecerá contra nosotros.