26 abr 2011
La Caja De Pan
No emocionarse, es "no tener sentimientos", o no conseguir desprenderse de determinados prejuicios pre-establecidos. Seguir descubriendo a estas alturas la sensualidad desbordante de la primavera y de sus fiestas, es de todo punto innecesario, pero no está de más afirmar que consiste en el resurgir, en el volver a la vida, después de un triste y restrictivo invierno. Se produce en definitiva la EXPLOSIÓN DE LOS SENTIDOS, de la vista, del oído, del tacto, del olfato y del gusto, y estos encuentran en la Semana Santa un referente para cada uno de ellos lo suficientemente intenso como para hacerlos desbordar.
Uno de los propósitos de la Semana Santa y posiblemente uno de los más importantes, es producir la exaltación de los sentidos, de las sensaciones, de lo sensual. En definitiva, el triunfo de las emociones sobre otros aspectos que rigen y condicionan nuestra vida cotidiana como son los intelectivos y los racionales. En general, y en un sentido u otro, existe esa gran expectación que produce la llegada de una gran fiesta. Ya ha llegado La Noche más Mágica, la más esperada, la de la Madrugá...
Hay que comprender la religión y el arte- de lo contrario, no puede uno hacerse sabio. Pero hay que saber mirar más allá de ellos; si uno se estanca ahí, NO LOS COMPRENDE.
¡Calma, Simplicidad y Grandeza!.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario