" Y aparecen así en ronda, en una especie singular de danza que es a la par quietud, los bienaventurados...Hombres sin duda, seres humanos habitantes de nuestro mundo, nuestro mismo mundo y de otro ya al par; corona de la condición humana que al quedarse sólo en lo esencial de el, en su identidad invulnerable, se aparecen como criaturas de las aguas misteriosas de la creación a salvo de la amenaza del medio y de la desposesión del propio ser. Los BienAventurados son seres de silencio, envueltos, retraídos de la palabra...Camino van de la palabra única, recibida y dada, sida, camino de ser palabra sola ellos. Envueltos como capullos, irreconocibles, lentos...ser en el hombre camino de atravesar la última frontera. Seres de silencio, sufrientes todos, pasivos pero no herméticos. Blandamente están ahí, tan inmediatos y remotos al par.Para acercarse a ellos hay que participar en algo de la simplicidad que los ha tomado para sí.
Sufrientes, padecedores y terribles cuando se les quiere abordar y entrar en discusión con ellos..se le muestran como FUEGO, como lisa hoja de frío acero, como algo intangible. Son intangibles, inaccesibles, porque son. Seres ya idénticos a sí mismos, en lo que se distinguen del santo, pues que el santo padece y alumbra para ser bienaventurado. El BienAventurado carece de virtudes heroicas, y carece de virtudes como carece de palabras porque ya no está en el reino de lo discernible." Los BienAventurados, pp.63-65, María Zambrano.
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1 comentario:
No se dirigen, no forman, no permanecen
Toman la bienaventuranza, y a veces, generosamente, la reparten
Gracias por escribir, y bienvenido
Es importante que existan blogs donde cohabiten Maria Zambrano y Sun Ra
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